La carne de cerdo es una de las carnes más consumidas en el mundo por su suave textura y agradable sabor; además por su versatilidad es muy apreciada en la cocina.
Por su aporte de proteínas de alta calidad, se considera un alimento muy nutritivo debido a que posee todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita.
La carne de cerdo es también fuente de vitaminas y minerales como tiamina, riboflavina, niacina, vitamina B12 y vitamina B6; calcio, fósforo, zinc, potasio y selenio.
Como cualquier carne o producto de origen animal, la carne de cerdo también contiene grasa saturada y colesterol, no obstante 100 g de un corte magro, pocas veces supera los 85-90 mg de colesterol. El consumo máximo recomendado es de 300 mg de colesterol al día en la población general.
Con respecto a la grasa, su contenido varía dependiendo del corte, así como de la edad del animal. Su composición en ácidos grasos es interesante ya que además de contener grasas saturadas, contienen una cantidad apreciable de ácidos grasos monoinsaturados, ácido oleico en una mayor proporción, que son ácidos grasos considerados cardiosaludables.
En ese sentido, son muy apreciables los cortes suaves y magros (bajos en grasa) como aliados de una buena salud.
El consumo moderado de la carne magra de cerdo es apta para todas las edades como parte de una dieta saludable, contribuyendo a un buen estado de salud.